BIODIVERSIDAD DE LA FINCA

 

Fauna y Flora Silvestre

 
 

FLORA SILVESTRE

El monte de La Serreta se caracteriza por un extenso pinar de pino resinero que abarca unas 300 hectáreas.

En el centro de la finca, esta conífera se entremezcla con un tipo de roble llamado rebollo. Encinas y quejigos conforman también la flora de este predio segoviano, junto a ejemplares sueltos de fresno, álamo negro y pino piñonero. Por último, junto al cauce del Cega se desarrolla una vegetación de ribera compuesta por álamos, sauces y abedules.

 

En el marco de la lucha contra la desertificación y la recuperación de la cubierta vegetal de los bosques, la propiedad decidió plantar 20 hectáreas de pino piñonero. Con esta acción, la superficie forestal alcanza las 425 hectáreas (de un total de 600).

La finca segoviana destaca también por su gran variedad de fauna silvestre. En caza mayor sobresalen cérvidos como el corzo y el ciervo, así como el suido por excelencia en España, el jabalí. En caza menor predominan el conejo, la liebre y la perdiz roja. El bisonte europeo convive en el bosque con la fauna salvaje, pero no se destina a la caza al estar protegido.

El acondicionamiento y control de estas poblaciones se lleva a cabo mediante una gestión sostenible. Se trata de buscar el equilibrio y la armonía entre ellas y su coexistencia con la ganadería doméstica y la agricultura ecológica.

 
 
 
 

Aprovechamiento cinegético

Al aprovechamiento forestal hay que sumar el cinegético. La actividad de la caza se ejecuta teniendo en cuenta la conservación de la diversidad biológica, dentro del marco legal de Castilla y León. Dicha conservación se obtiene estableciendo el número ideal de especies cinegéticas que pueden desenvolverse en el terreno. 

 

La Serreta destaca por su gran variedad de fauna silvestre. En caza mayor alberga cérvidos como el corzo y el ciervo, así como 

el suido por excelencia en España, el jabalí. En caza menor predominan el conejo europeo, la liebre ibérica y la perdiz roja. 

El acondicionamiento y control de estas poblaciones se lleva a cabo mediante una gestión sostenible. Se trata de buscar el equilibrio y la armonía entre ellas y su coexistencia con la ganadería doméstica y la agricultura ecológica. El bisonte europeo convive en el bosque con la fauna salvaje, pero no se destina a la caza al estar protegido. 

Mantener este patrimonio, así como las infraestructuras que otorgan bienestar animal y control de la población, compaginado con un control sanitario, es el modelo de explotación de nuestra finca. La falta de gestión es la tónica habitual en cientos de explotaciones como ésta, con los riesgos sanitarios que este abandono conlleva. Pero conseguir un equilibrio entre el mundo agrícola ecológico y el forestal no es imposible, y La Serreta es una clara muestra de ello.